La pulida colección del diseñador celebró su propia representación del universo, realizado con la ayuda de un astrofísico y profesor de la astronomía acústica. Las parkas fuertes de lana, cazadoras de piloto acolchadas en forma de burbuja y relucientes botas en piel de cocodrilo, la campiña británica se hizo eco entre las telas escocesas y en tonos forestales, cinturones de Norfolk en las prendas de abrigo, suéteres con cuello cisne.
Pilati ha tenido siempre un don para los abrigos oversize, y él alardeó de generosidad con ellos, el largo peacoat, con capucha de doble cara negro en cachemira, trayendo a la mente a Darth Vader. Las telas apuestan por el lujo y variaron de textura, lana a rayas para los chaquetones vagamente Mod a la franela de vicuña para la pura sastrería de corte.
Definir su valor estético de la moda masculina. Stefano Pilati explora y combina conceptos absolutos por relativizar sus orígenes: la fusión de lo formal con ropa deportiva, los tonos oscuros con la luz; matices a grafismos.
Pilati demuestra con Zegna que la moda italiana es la referencia en imaginación y creación, la sastrería se postura por las líneas curvas, los bajos de la americanas cruzadas abandonan el clasicismo de los cortes rectos, se apuesta por el movimiento. Los chalecos que por fin se convierten en necesarios para cualquier conjunto, ocultan sus botones para demostrar el trabajo artesanal de sus trabajos. Como hemos repetido en alguna ocasión, la sastrería apuesta por trajes de única botonadura en pecho, Pilati además de hacernos caso, demuestra que la belleza no es antónimo de comodidad y elegancia.
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